Santa Cruz de Tenerife, enero 2013
Promete ser divertido. Acelerones, frenazos, brincos, bufidos. La piel de toro se agita, sube bruscamente y cae con violencia. La risa histérica y la algarabía sin motivo aparente deja paso a un silencio frio que anticipa al pánico. Y entonces se entra en crisis. Y algunos siguen pensando que todo era una fiesta. Insert coin, again.
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