Puerto del Puerto de la Cruz, enero 2013
Se atiborran y a mi se me revuelve el estómago. Me da igual de dónde venga. Y si vienen para ir al médico, para tomar el sol, para trabajar o simplemente para quitar el hambre o huir de la desgracia. Lo que me repugna no son ellos, sino los que nos comparan con unos y con otros y nos dicen que tendríamos que trabajar más horas y en más sitios y por menos salario. Y encima, por decir eso, y por hacerlo con tanta desfachatez, les pagan las fiestas de cumpleaños y el confeti. Con el dinero de todos. Porque las "empresas" o los "empresarios" que les untaron para llenar los sobres, ese dinero oscuro (negro o B) lo obtuvieron dejando de pagar al fisco o a la Seguridad Social, porque los salarios de sus empleados tampoco tributaban por el total. Y así sigue la espiral... Y tonto el último.
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