Madrid, diciembre 2012
No tengo un cuaderno azul. Pero si lo tuviera, escribiría con tinta roja esta frase: "Está a punto de terminar el año más nefasto para la cultura de toda la reciente historia de la democracia española".
Tal vez la involución en legislación laboral, educación, sanidad, pensiones, justicia o política territorial le esté pasando desapercibida a la mayoría, teniendo en cuenta que la mayoría es absoluta y debidamente adoctrinada por hojas parroquiales y demás panfletos afectos al nuevo régimen. Pero las consecuencias ya son graves y en algunos aspectos irreversibles.
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