O Portiño, agosto 2012
El artículo "cicatrices de ladrillo" del último EPS es una prueba fehaciente de que la explotación intensiva del negocio de la vivienda es una brecha social insostenible. Lo mismo sucede con la obra pública. Independientemente de su modernidad o belleza. Las reflexiones de Dionísio González son un buen espejo mágico en el que mirar a dónde va a parar ese delirio político, al parecer, multitudinario.
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