Nazaré, Portugal, julio 2011
Si te gritan ¡contra la pared y las manos arriba! ¿quién es el valiente que no mancha la enagua?
En Portugal les suben el iva al veintitrés, les bajan las extras al cincuenta y en España ya no les llaman para asfaltar carreteras, ni para poner empedrados en plan eñe. Y, aún así, te sonrien cuando les elogias el grelhado de bacalau o la espetada de lulas. Eso es higiene democrática y educación para la ciudadanía. Y no la indignación escorada, sin ton, ni son.
Menos mal, que nos queda Portugal...
5 comentarios:
No parecen estos tiempos para relajaciones centradas. También el tadztiki es una salsa que está muy buena y me temo que los griegos, por ejemplo, van a tener que vender hasta los sirtakis.
¿Qué hacemos? ¿Vemos pasar a los del “sí o sí” sin más ni más?
Algún día de estos se sabrá la verdadera escora de esa patera de indignados que flota en las plazas públicas, un tanto a la deriva, la verdad. Y no será precisamente a babor... Porque la derrota de la nave quedó bien clara a pocas esloras de su botadura. Pero lo que sigue siendo una incógnita, al menos para el compás de este grumete, es de donde viene el viento que les infla las velas...
De tus palabras parece extraerse que sospechas de algún tipo de conjura. No tengo elementos de juicio sobre el puerto desde el que parte la nave, si es que hay alguno. Incluso puedo compartir dudas sobre la navegación y la derrota, puesto que, sin duda, nos vamos haciendo descreídos ante la naturaleza de los espejismos. Sin embargo, dada la poca fluctuación de la marea, pocas incertidumbres me quedan sobre el carbón que se quema en la máquina de vapor.
Sigues siendo aquel chico de la foto que revelamos juntos, el que se mojaba los pies para sacar el bote librando la madera de las piedras y luego remaba hasta la bocana para largar el aparejo con paciencia... pero hoy la pesca es de arrastre, intensiva, exhaustiva y abusiva. Espero que tengas razón y vuelvan a corretear los cámbaros por la bajamar. Aunque ahora nuestra bahia parece obedecer el ditado de los tiburones.
Compañero, no sé si me estás torpedeando la línea de flotación o te estás lanzando directamente al abordaje, pero la táctica para rendir armas y bagajes me ha dejado el flanco descubierto.
Así que vamos a ver cómo discurre la cosa antes de brindar por los románticos o por los jacobinos.
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