Madrid, diciembre 2014
Antes se las llamaba tarjetas o felicitaciones, luego critsmas y ahora, si monseñor de Granada y el padre Miguel me lo permiten, voy a llamarles "estampas". Porque los gestos que se ven en la calle nada tienen que envidiar a las estampitas del padecimiento del niño jesus por los pobres y los huerfanitos. Y mientras, las élites gobernantes, a las que no les gusta que les llamen "casta", idean un aguinaldo navideño de 450 euros para las familias que no tienen nada, pero esos si, se los dan a un empresario para que les contrate por el salario mínimo como esclavos. Brindemos como ellos, aunque el nuestro sea de "cartón"... Viva el vino!!
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