Madrid, diciembre 2014
La verdad es que es un sentimiento extraño y contradictorio. El hastío y el artazgo ya no es sólo con el ejecutivo, también parece que el legislativo y el judicial apestan. Limpiar sus cabezas en esta mesa de lavapiés sería la mejor higiene del sistema del que nos han convertido en antisistemas. Los brotes verdes, de los que se han puesto morados, solo brotan en Suiza. Y lo hacen con ese saber estar y buen gusto que siempre ha caracterizado a la oligarquía dominante, con eufemismos que eluden las leyes que amordazan y atenazan al común de los mortales. Y les ofende y extraña que les llamen "casta".
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