viernes, 13 de junio de 2014

Viva el vino



Calle del Pez, Madrid, junio 2014

"El ridículo como cuestión de Estado" titula Luis García Montero su columna en Público.es y no puede ser más descriptivo y claro cuando dibuja una España convertida en un simulacro de divertimento. Un teatrillo parke temático atractivo para el turismo extranjero, en el que los nativos, ataviados con disfraces ridículos de bazar chino, que incluyen pelucas radiactivas y sobreritos con forma de rabo, se someten a pruebas aún más absurdas y dolorosas que las que nos infringen la troika y los populares. Y no contentos con el circo monárquico y sus anacrónicas ceremonias de coronación, salen a la calle a gritar por el futbol o por lo que sea con tal de no hacerle frente a los verdaderos problemas. Ahora ya me explico a qué venía aquello de "viva el vino". Un traguito no viene mal cuando te van a joder...

No hay comentarios: