domingo, 10 de mayo de 2015

Una historia de domingo




 Barcelona, mayo 2015

Me acerco al borde a sentarme y ver pasar a la gente por el puerto camino de la Barceloneta como cualquier tarde de domingo. Él ya estaba allí. Ella se acerca. Parece que se conocen. Se abrazan como si se esperaran desde hace tiempo. Luego de un rato prudencial, en el que se demoran como sin interéss, se rozan desinteresadamente las piernas. No es momento de dar explicaciones. Las cosas sucedieron así. No les demos más vueltas. Yo me quedé con ganas de más. Y si me lo dices al oído. Y si te intento besar...

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