sábado, 18 de abril de 2015

No tenemos sueños baratos

Cullera, abril 2015

Cualquiera puede soñar. Eso no es lo peligroso. Acordarse de los sueños tampoco. Quizás entraña un poco de riesgo soñar en voz alta, aunque para uno mismo. Pero lo que de verdad es un pelígro público es un soñador dispuesto a llevar a cabo sus delirios. Da igual que sea un pocero que un arquitecto-ingeniero, al final nos la va a clavar igual. Pero yo me pregunto, cuando luego se monta la junta de acreedores para atacar con saña el concurso de liquidación yo me pregunto: ¿no serán más bien "colaboradores necesarios"? Eso sin tener en cuenta que en muchas ocasiones se presenta el propio pocero y el arquitecto-ingeniero como damnificados y acreedores de la barbarie. Viva el vino y el milagro económico del mejor ministro de economía de la democrácia!! Y nos queda susto para rato...

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