lunes, 23 de febrero de 2015

Nuevo Pictorialismo

 Syros, junio 2014

Estaba procesando estas dos fotografías tomadas el pasado verano y me acordaba de la tarde en que las hacía. Quizás no era consciente en aquel momento, pero mi actitud era la de un pintor. Cierto es que no usé trípode, pero cuidé que la composición fuera equilibrada y que mostrara la escena con detalle y la profundidad justa. Esperé el momento del día en el que la luz iba a resaltar las formas y los relieves al máximo y me tomé mi tiempo en medir esa luz. Podría concluir por tanto que actué como un fotógrafo pictorialista.

Sin embargo, si reflexiono sobre el hecho fotográfico en sí y mi manera de utilizarlo se podría concluir justo lo contrario. No he renunciado al lenguaje puramente fotográfico y he utilizado los recursos lingüísticos de velocidad, diafragma y sensibilidad, sin concesiones a ningún otro tipo de lectura. Lo mismo que el tratamiento del color y el enfoque. Tanto es así que ambas imagenes son el resultado de dos tomas cada una de ellas.

 Syros, junio 2014

Pero mi reflexión inicial quizás debería haberla planteado a la inversa para que se me entienda. Si observamos la reciente historia del arte, comprobamos de manera indiscutible que la pintura ha tomado el terreno de la fotografía. No sólo los pintores han cogido la cámara, animados por sus galeristas o por los designios de los coleccionistas, sino que también han tomado sus técnicas, dotándolos de su temática onírica y representativa. Así hemos oido hablar repetidamente de la nueva objetividad o de la metafotografía. Las escuelas de fotografía especializadas en la creacción de artistas jóvenes han influido decisivamente en ese abandono paulatino del documentalismo en favor de la dirección actoral de personajes susceptibles de ser fotografiados. Los formatos de sus fotografías se asemejan más a los de los cuadros y las proporciones también. Y sin quererlo yo me he visto aquí representando a un obrero griego n medio de la crisis industrial naviera y pesquera como si fuera un personaje de la escuela de Dusseldorf o del realismo mágico holandés. Ustedes me perdonen.
 

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