Los Cristianos, enero 2013
Hay una película que se titula "El curioso caso de Benjamin Button" que plantea la vida al reves, naciendo anciano y muriendo bebe. Mi hijo se queja de que el mundo está para que lo disfrutemos los viejos y que se jodan los jóvenes. Y los tibetanos planteaban que los hijos de las clases altas tuvieran una infancia muy ocupada en estudios y tareas, mientras los apestados jugaban en la calle a su libre albedrío, porque la edad adulta compensaría esa suerte y los favorecidos disgrutarían del trabajo agotador de los araganes. Algo parecido plantean los nuevos planes educativos urdidos por los padres werterianos. Yo me quedo con el agotamiento de esta parejita que sale a quemar los excesos de una noche loca que les pasa la factura del sueño.
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