viernes, 4 de diciembre de 2015

Lugares extraños: Nísiros

Nísiros, Islas Griegas, junio 2015

Hay comportamientos colectivos dificiles de comprender, por mucho que llevemos tiempo observando cómo se repiten inexorablemente. Si los destinos turísticos más disparatados, absurdos o incluso aberrantes no te habían sobresaltado aún. Y no me refiero sólo a que la gente pague por ir de vacaciones a una "reserva" de playa con pulserita de todo incluido en medio de un paisaje desolado por la ruina y la violencia humanas, ni tampoco a que se pague por dormir en una celda de castigo o por ir a un conflicto bélico. Esos son comportamientos que la estupidez humana, mezclada con el afan de notoriedad y la fiebre compulsiva de consumo han logrado extender como una pandemia vírica globalizada. Me refiero a que un grupo variopinto de rusos, chinos, alemanes, ingleses, o de donde coño sea, siguiendo a un portador de banderita o sombrilla multicolor, se introduzcan con igual docilidad en una catedral, mezquita o sinagoga de una religión cualquiera, como en un volcan que muestra claros síntomas de actividad sismica.

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