Nisiros, Grecia, junio 2015
Una pickup casi nueva, o muy bien cuidada, un cargamento fertil, un emprendedor en un mundo salvajemente liberal repleto de nichos de negocio, viajando de isla en isla, de ferry en ferry, hasta agotar su cargamento para volver a casa. Toda la rueda del capitalismo en marcha: fabricas y concesionarios de vehículos, bancos que los financian, agricultores y jardineros, pozos de petróleo y gasolineras, astilleros, capitanes, puertos, amarradores, veraneantes y sus residencias de temporada, construidas por albañiles y promotores. En fin, desde el sector primario hasta el destinatario final y todo se queda parado por una tachuela. hundido en el firme del terreno, como si el cepo de la troika impidiera a Grecia salir del agujero, por muchos esfuerzos valdíos que su población haga. Mala estrella, la que dejan caer de la bandera europea y desequilibra el brillo de la constelación.
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