Santander, noviembre 2011
Soltar amarras y levar anclas era sinónimo de zarpar. Hacer sonar la sirena en la bocana del puerto y saludar con el pañuelo al marinero desde el muelle... Un imaginario quizás del siglo pasado, de otros tiempos. Reservado ya a nostalgicos tangueros o a habaneras susurradas a la luz de la luna...
El progreso es otra cosa. Son fondos de inversión en petrodólares o apuestas a futuros sobre el precio de los alimentos, o de las reservas de agua del planeta. Un poder y una riqueza que da para hormigonar una bahía o asfaltar un monte, según el capricho sea de tipo empresarial o artístico.
¡¡ Viva el vino !!
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