Agua Amarga, Almería, marzo 2011
Hace 13 años cené aquí con Mabel y los niños. La foto de entonces es nocturna y a la luz de unas velas. Mucho más cálida. Volver es alegre y también triste. Hace calor. No mucho, la brisa suave del levante hace agradable la sombra y también un poquito de sol, lo justo. El tiempo pasa. Para bien. Aunque en ocasiones la nostalgia nos nuble la vista.
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