sábado, 4 de julio de 2009

A la manera de los grandes maestros

Historias de Motel, Boston, 2008

Ahora que ya ha pasado el Cantabria de Artes Plásticas y me han devuelto la obra que presenté, esta, en su tamaño original de 56x200, puedo mostrárosla y de paso, darme el gustazo de la pataleta que siempre nos sobresalta cuando nos rechazan en un proceso de selección, ya sea concurso, beca o cualquiera de las múltiples variables en las que se concurre por conseguir una remuneración, un prestigio, un espacio de difusión de la propia obra o, simple y llanamente, para deshacernos de "fondo de armario"... En mi caso, para qué negarlo, de todo un poco.

El Cantabria de Artes Plásticas es un concurso/compra-de-obra muy al uso entre fundaciones de empresa y comunidades autónomas. En este caso una S.L. paralela a la Consejería de Cultura. Es una forma barata de comprar obra y, de paso, de dar "pesebre" a amigos, familiares y propietarios de la S.L.

Yo me he presentado tres o cuatro años. Me seleccionaron en dos ocasiones y me adquirieron una obra otro año, justo cuando menos lo esperaba. Ese año un galerista muy reconocido en la región me palmeó la espalda y me dijo: "no te quejaras, que este año te hemos comprado la foto...", luego verifiqué que él no formaba parte del jurado, aunque no digo con esto que mintiera, seguramente estaba detrás del tinglado.

Este año en el jurado tampoco tenía ningún amigo, ni galerista o comisario que me represente. Es más, uno de los miembros del jurado, "comisario regionalista al uso", me ningunea reiteradamente desde que le exigí que al menos asumiera los costes de las obras que me pedía gratuitamente para formar parte de proyectos culturales millonarios.

Yo soy de los que opinan que los concursos son una moneda al aire pero que, casi siempre, los seleccionados y premiados lo son por algo. En esta ocasión un par de fotógrafos amigos y cuya obra respeto, han sido seleccionados para la adquisición de obra. Desde aquí les felicito y rechazo que la polémica que se ha suscitado en torno a los chanchullos de recomendaciones y rechazos de premios empañen el mérito de fotógrafos y artistas independientes que llevan adelante su obra al margen de esas intrigas que, por otra parte, desde que el arte está vinculado al dinero y al poder (y ya va para varios siglos, más de veinte), siempre estuvieron emparentadas con los conceptos del "buen gusto" y del "éxito social".

Desde luego, vaya "mal gusto" demuestro al escribir todo esto...

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