
Cualquiera lo diría. Tienen tomados los centros de ocio. Se diría que son los únicos que viven, aquellos que han sobrevivido a la vorágine. El resto subsiste y les asiste. Son los que tienen la pasta, si es que les ha quedado algo de sus fondos de inversión y sus planes de pensiones...
Esta estaba cerca de la Estación Central y no parecía poder ir muy lejos. Miraba las gentes pasar apresuradas. Quizás esperaba su chofer negro, yo ya no lo vi. Acaparó mi mirada alguna viandante estresada.
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