
Me dicen que el domingo, después de los desfiles en la carpa alquilada montada al efecto en la plaza multiusos (antiguamente plaza porticada) de Santander, en un mismo acto, enterraron a la sardina y dieron fin a los fastos del carnaval municipal. En fin, una triste parodia del hervidero cultural que fue en otro tiempo aquella plaza, que era otra, en aspecto y en gestión, sin duda alguna... Tanto esperar la democracia para esto.
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