
Desayuno de hoy, otro día gris, Santander 19 de junio de 2010
Al mundo nada le importa, gira, gira. Cuando te apriete la vida, cuando te muerda un dolor, no esperes nunca un amigo, ni una mano, ni un favor... Eso decía el tango argentino. Saramago era portugues. Quizás con una visión más pausada y menos teatral de la vida. Más cerca de la "saudade" que del drama ibérico, más estilo Puerto Urraco o Liermo, para no irnos tan lejos, decía que "el viaje no termina jamás, sólo los viajeros terminan. Y también ellos pueden subsistir en memoria, en recuerdo, en narración... El objetivo de un viaje es sólo el inicio de otro viaje".
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