miércoles, 22 de septiembre de 2010

Continentes y Contenidos I

Arlés, agosto 2010

Cuando se firma una póliza son muchas las cosas que se leen y no se entienden. Pero las ganas de acabar con el asunto, casi siempre superan el tedio de pretender que nos las expliquen. Y oímos a los notarios o fedatarios del tipo que sea, repetir una y otra vez lo del contratante y el bien en cuestión y lo de los continentes y los contenidos.

Cuando oí por primera vez a un "gestor cultural" hablar de un museo como del "continente" y de las obras de arte como de sus "contenidos", supe que aquello era el relato de un siniestro con daños irreparables a toda la sociedad. Y, cierto es, todavía estamos pagándolo.

Por eso no puedo evitar enfrentarme a ciertos espacios, como si de un presidio o el lugar de un crimen se tratara, con temor y, en ocasiones, con incontinencia.

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