
Curvas, volúmenes, diferentes tendencias a la hora de ajustarse los pantalones, diferentes hábitos de comida y, como consecuencia de ello, diferentes tamaños de papeleras. Y también mucha alcantarilla... Demasiada información: señales, rótulos, luces, anuncios publicitarios...
Es una pena que no tenga una imagen a mano de mi primer viaje al Este, el año de la caída del muro. Entonces era Checoslovaquia y mi imagen es la antítesis de esta: gente flaca, austeridad, ausencia de ornamentos y de publicidad. Utilitarismo.
Hoy si buscamos una foto de Praga en internet va a diferir, en esencia, muy poco de ésta. ¿Era eso la globalización?
No hay comentarios:
Publicar un comentario