
La hora bruja, ese momento en que se encienden las luces de la ciudad y el añochece con esa luz pálida del otoño, inundando las calles de sombras, descubriendonos la vida de los interiores como si fueramos voyeurs ocultos tras una cortina...
Uno puede imaginarse escenas, que pueden ser o no ser, pero que dan pie a historias o, por lo menos, la curiosidad nos hace seguir su rastro y, gracias a ello, descubrir una exposición maravillosa del gran Charris. Un magnífico pintor con cámara o un delicioso fotógrafo con pinceles.
Oly 510+pankake
2 comentarios:
Encantada de que te gustase la exposición y sobre todo que me retratases como voyeur en mi querida pecera.
Besos!!
un saludo de prueba
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